martes, 13 de enero de 2009

Una sola voz fuerte y clara

Desde Perú y a enésimos kilómetros de donde ocurre uno de los ataques más feroces y condenables de la historia, un cúmulo de personas, tanto peruanas como palestinas, hueleguisos y curiosos se hicieron escuchar frente a la embajada de Israel.

Hace algunas horas que regresé de aquel parque Washington, situado en las primeras avenidas de la Arequipa. La primera impresión que me llevo es la grata imagen de voces unidas por una solución diplomática. Carteles, pancartas, banderas blancas, hojas de olivo y velas rojas eran los visibles elementos con que contaba el plantón. Alguien por ahí comentó, sorna mediante, que los diplomáticos de la embajada de Israel ya no se encontraban laborando en el edificio. Que se fueron muchas horas temprano. Puede ser. Pero, lo importante es que nada impidió que se realice la protesta. El cerco policial resultaba caricaturesco. Uniformes verdes apiñados, atiborrados, con caras sin expresión, se mostraban algo menos que incómodos por cubrir una protesta pacífica.

La hora de la concentración fue a las siete y treinta de la noche. Organizado por Amnistía Internacional, no se tuvo que esperar mucho tiempo para que se escuchen los primeros gritos de la incipiente noche veraniega de martes 13. Qué digito y qué día para más cabalístico. No faltó claro, alguna voz que, distraída por la euforia de la multitud, daba vivas a la matanza de judíos. Cualquier matanza, sea de cualquier bando, ya es de por sí reprobable. Nada lo hace justificable: la idea maquiavélica de que el fin justifica los medios, por favor, resulta más que anquilosada.

Algunos medios cubrieron el suceso (mi hermano entre ellos) con notorio interés. Por otro lado, varios jóvenes estudiantes formaban un círculo. Cada uno cargaba una vela. El silencio era cómplice de las miradas curiosas de aquellos. Las banderas blancas se elevaban y, sobre todo, algunas palestinas también. No hubo sucesos que el cerco policial, inmóvil, tuviera que controlar, o reprimir, como bien la coyuntura lo ha sabido mostrar.

Punto aparte

De verdad que, por estos días, trato de leer cada vez más la historia del conflicto Israel -Palestina. Vaya que no es nada fácil comprenderlo en su totalidad. Para colmo, como bien destacó Ramiro Escobar, varios analistas de distintos medios se han parcializado hacia el lado israelí. En algunos casos, hasta se justificaba la ocupación y la matanza indiscriminada. Niños, ambulancias y palestinos refugiados ya han pagado las consecuencias. Varios judíos también han desautorizado que haya solo una voz de Israel que justifique la invasión en la Franja de Gaza.

Las cartas están puestas sobre la mesa.

1 comentario:

Martin Hidalgo B. dijo...

Nadie justifica nada. En sí, ningun acto de violencia es justificable. Simplemente está en hecho de que el pueblo Palestino no es la ínica víctima de este enfrentamiento.

Los medios condenan a Israel, pero acaso Hamas no es un grupo terrorista. Es como si Sendero Luminoso atacara Chile y ellos nos bombardearan. Acaso calificarías a Chile como el "malo" de la película y a Sendero Luminoso como un simple defensor. En ninguna guerra se habla de proporcionalidad, creo que por eso se llama guerra ¿no? Nadie resoeta lso derechos. Deberían hacerlo, sí. Pero nadie lo hace, o acaso tu recuerdas de alguna país que lo haya hecho.

http://larepublica.pe/blogs/paranoia_mundial/2009/01/13/realidades-paralelas-pero-ficticias-israel-palestina-chile-peru/

Martín