jueves, 29 de enero de 2009

Llegó el chorreo: Petroaudios strikes back!!!

El paquetón de los 86 petroaudios cayó como anillo al dedo. Justo en el momento, en que el Ejecutivo, cuándo no, quería aprovechar el pánico y dar luz verde a una ley mordaza, apareció la bomba. Y es que la idea de haber colgado en la web los audios, dice mucho de la pericia del periodista Pablo O' Brien. Cómo deben de estar temblando las principales autoridades del país...¿no Alan?

En primer lugar, el proyecto ley N°2993/2008-PE no tenía otras intenciones más que amedrentar a la prensa, de una manera elegante. Cual si fuera un 'tate quieto que yo soy el que manda aquí'. De una manera gansteril, silenciosa, utilizando todas esas armas legales, el gobierno quería que la verdad se mantenga en la nebulosa, en el incierto de lo lúgubre. Hasta el mismo decano del Colegio de Abogados, Walter Gutiérrez afirmó, tener cuidado con este tipo de leyes pues se aprestan a cualquier interpretación maquiavélica. Sería, pues, como regresar a una de las peores décadas de la historia del Perú, si no la peor, la del fujimorismo. Aquí, un fragmento de la web de La República:

"El constitucionalista César Valera coincidió con esta posición. “Para la libertad de expresión, la mejor ley es la que no existe”, dijo, y advirtió que si se aprueba la norma esta sería pasible de interpretaciones que pondrían en riesgo la libertad de prensa.

El decano del Colegio de Abogados de Lima, Walter Gutiérrez, advirtió que se debe tener cuidado con las “leyes abiertas”, como es el caso del proyecto del Ejecutivo, porque son imprecisas."

Una jugarreta con un veneno nada sútil, apoyándose claro está, en la interpretación de cada juez. Además, las autoridades justificaban el rollo siempre tan discutible del espacio privado y el público. Lógicamente, nadie discute que si Rómulo le sacó la vuelta a la Irribaren, o si Químper utiliza viagra o no, pertenezca al ámbito privado. Pero cuándo estos personajes u otros influyen en las decisiones de las autoridades (eso que llaman tráfico de influencias) entonces se debe revelar. A pesar de que las fronteras entre lo público y lo privado, cada vez más se ven reducidas por el avance de las tecnologías, nada justifica el impedimento de la libertad de expresión y, sobre todo, la de libre información al público en general. Derechos fundamentales ¿Elemental, señor García no cree? ¿Remember Watergate?

Lo que no deja de llamar la atención es que esta supuesta y aparente mano dura del gobierno suele ser tan consistente como una licitación seria en nuestro país. Fruto de esto es que el mismo Ejecutivo admitió el exceso, luego de que el día anterior el ministro de Defensa Flórez Aráoz y la de Justicia Rosario Fernández hayan afirmado lo contrario. Fue la misma ministra Fernández quien, al día siguiente, admitió dicho exceso. Qué curioso.

"La ministra de Justicia, Rosario Fernández, anunció que el Ejecutivo pedirá al Congreso que al momento de analizar la norma la modifique, con la finalidad de evitar términos que se interpreten como una amenaza a la libertad de prensa. Fernández dijo que sugerirán a los parlamentarios que creen una excepción o precisión respecto a la actividad periodística."


Por otro lado, cómo no olvidar aquellas palabras, cuales torpedos, elocuentes y llenas de ingenio, de García sobre el accionar del periodista cuando este obtiene una prueba contundente y fehaciente que demuestra un delito flagrante: !al Ministerio y se acabó! Suena, pues, a una tomadura de pelo ¿Al Ministerio Público?¿Para qué?¿Para que al final se apolillen entre los cientos de files junto a, seguro, algunos petroaudios sin ni siquiera una naftalina que los conserve?

Ahora, no queda otra cosa más que esperar a los siguientes días. Para ver qué sucede con los audios revelados. La carga es abrumadora. Y si tenemos en cuenta la (in)eficacia del Poder Judicial, pues otra vez tendríamos que agachar la cabeza y resignarnos, nuevamente.

Dentro de un apocalíptico panorama, al menos existen espacios donde se pueden expresar voces que agrietan ese pensamiento único oficialista que pretende amainar, aletargar la espontaneidad de otras voces dispuestas a expresarse, muy a pesar de que puedan caer en un pozo sin fondo. La democracia tiene sus réditos.

Hay mucho por rebanar. Quedan aún por determinar la culpabilidad de nuestros politiqueros. No bastó con la comisión de Abugattás, donde la alianza entre el fujimorismo, aprismo y Unidad Nacional terminó saliéndose con la suya... El problema pasa por que exista gente que se atreva a denunciar.


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