jueves, 5 de febrero de 2009

Cómprale al Perú: Alan y su demagogia de todos los días


No hace más de un mes, en una de sus elocuentes y alborotadas declaraciones, el presidente García invocó a nuestras mentes globalizadas: '!Cómprale al Perú!'- nos exhortó. Por mi parte, había posteado, dando a entender que la campaña no era más que fomentar un nacionalismo de forma, más no de fondo. Una propuesta que no se solventaba con solo palabras, mas sí con verdaderas acciones que protejan al mercado interno peruano. En fin, era pues otra verborrea más de García. Otra vez. Cuándo no.

Está bien. La intención del gobierno no deja de ser benévola. Nadie tiene reparo alguno, digamos. Pero la realidad de todos los días nos pinta otra figura. Con un panorama de economía mundial que ya cobra víctimas- producto de un neoliberalismo a ultranza- el Perú no se puede dar el lujo de importar más productos. Para colmo, el TLC firmado con Estados Unidos puede terminar siendo el campanazo final. Un porvenir nada optimista como pronostican las autoridades.

Más productos importados a precio ganga -debido a la caída de precios mundial- en nuestro país ¿cuál sería el efecto en nuestro mercado, señor García, señora Mercedes Aráoz? Consultando la materia en cuestión con mi hermana- contadora de profesión ella- me informa, pues, que el producto peruano, el tan promocionado por García, se vería notoramiente afectado por la competencia. Más importaciones al mercado interno peruano. Más productos del exterior de los que ya tenemos. Más leña al fuego.

César Hildebrandt nos dejó una columna que, lejos del sarcasmo siempre útil, nos ilustra mejor el tema, a propósito de esta campaña que no forma parte de otra cosa que no sea ese chauvinismo de pandereta, nice and gourmet, ese nacionalismo made in APEC, bien fashion. Aquí un fragmento de la magistral columna:

"¿Vamos a Ripley a comprar peruano? ¿No es chino todo allí? ¿Y no es chino en Saga? ¿Chino y reetiquetado? ¿Ayudará a la causa comprar una lata de atún Florida, ese que alguna vez fue peruano? ¿En la chilena Sodimac habrá cosas peruanas? ¿O en la americana Home Center?

Y si me enfermo mucho, ¿a qué farmacia voy a consumir productos peruanos? ¿A la chilena Fasa? ¿A la chilena Inkafarma? ¿O quizá en la chilena Wong encuentre lo que espero? ¿Si viajamos por la empresa LAN, colaboramos? ¿O será mejor en la costarricense TACA?

Y si hablo mucho por teléfono, ¿hago patria? ¿Con Telefónica, con Claro, con Néxtel, o sea Cortés y Moctezuma en brutal combate?

Y si recorro más la ciudad, ¿dónde me abastezco de gasolina para complacer al señor presidente de la República? ¿En la española Repsol o en la mitad chilena Prímax? ¿Dónde, en qué kilómetro de qué carretera queda el centro de servicios Petroperú más cercano?

Y si tomo más cerveza, ¿a quiénes prefiero? ¿A los anglosudafricanos de Cristal, Pilsen y Cusqueña? ¿O me pongo regional y elijo a los belgabrasileños de Ambev? ¿O me pongo viajerazo y me tomo una Corona mexicana fabricada en Chile? ¿O ultramarino y me tomo una italiana Peroni fabricada en Lima por los anglosudafricanos dueños de la Backus?

¿Comeré muchos helados Donofrio hechos por la suiza Nestlé? ¿O me bañaré más de la cuenta con jabón Lux o jabón Rexona del grupo angloholandés Unilever?

¿O me hincharé de Inca Kola, firma cuyo 60 por ciento de acciones fue comprado, en 1999, por The Coca Cola Company, que pagó 300 millones de dólares por la operación?

¿Los zapatos más baratos no están en Payless? ¿O en la checa Bata?

¿O me mudo a Arequipa para encender la luz y favorecer a la colombiana REP, que acaba de potenciar la línea Mantaro-Socabaya?

¿O le pido un autógrafo al lobista estadounidense PPK? ¿O envío un S.O.S. a la Apec?

¿Cómo colaboro con usted, doctor García?

¿Me voy a Collique a ver cómo han extraído los chilenos y su amigo Pepe Graña el busto de Quiñones mientras mastico un chocolate Costa? "


Después de esto, ¿queda alguna duda que estas líneas- de uno de los periodistas más influyentes en el medio local- estén sesgadas de un sector opositor que quiere tumbarse al gobierno? No, señor García. Si de complots se trata, entonces atención con Giampietri, quien se encuentra internado casi una semana en el hospital de la Naval y ninguna información al respecto.
Lo que puede venir no es para mostrar rostros risueños tomando pisco peruano y salud.

En todo caso, se espera, pues, se tomen las medidas del caso. Que esas medidas de plan anticrisis sean las más eficaces. Porque al pequeño y mediano empresario se le puede venir la noche. Y ahí sí los rostros de García y su portátil no serán del todo optimistas...

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