martes, 23 de diciembre de 2008

Periodismo sin voz

Compañera, gran amiga de aulas universitarias y futura colega,María Victoria Vásquez desmitifica al periodismo, ubicándolo como una carrera profesional más dentro del mercado. Antes que nada, debo aclarar que con Mavi compartimos abismales e interminables diferencias en cuanto a la línea política de cada uno y, por ende, nuestra forma de pensar. De todas maneras, tomo como referencia su post titulado "La Comunidad del Anillo" para referirme al otro lado de la prensa, su 'dark side', que fue por mucho tiempo y ahora se caletea dentro de lobbys, empresarios y, sobre todo, egos encontrados. Aquí me permito citar algún fragmento (cherry aparte, claro).

"Hay que aclararlo: al ser conscientes de nuestras ‘clase’ nos damos cuenta de que hay gente más poderosa que nosotros. Y buscamos estar cerca de ellos. Algunos se colocan de su lado. Pues el anillo seduce, corrompe, saca lo peor de nosotros. Frodo sucumbió muchas veces ante el poder del anillo. El poder nos transforma. Y es una eterna lucha entre los hombres, de muchos periodistas, conseguirlo.
(...)
No quiero decir que el periodista sea necesariamente un adalid de justicia y que luche por la verdad a toda costa, porque es una visión romántica que puede haberse quedado justo ahí en las leyendas. No creo que todos los hombres de la Tierra Media se nos lancen encima. Pero, si queremos tratar de hacer una mejor labor, una honrada y honorable tarea que va mas allá de contar historias, no nos pongamos el anillo del poder para lograrlo. "


De esta manera, el periodista en el Perú se acostumbró a este mundillo de la adulación, del circunloquio barato para estar cerca de esa comunidad del anillo. Sea cual sea el estado de las cosas, resulta preocupante cómo la prensa se ha estabecido de esa manera. Como consecuencia, los pocos espacios donde realmente se pueda profesar la libre opinión repercuten en el público, negándole su derecho a la libre acceso de la información. Con esto, la noción de opinión pública también.

Y es que lo que pasó con el diario El Comercio y la movida de parte de los Miró Quesada que tomaron las riendas del diario, no resulta un hecho aislable. Sin afán de descubridor ni mucho menos revelador de primicias, el canal 2 se dejó acechar por el gobierno, y así cambiar su línea periodística complacientemente. La captura a Melissa Patiño, entre otros estudiantes, por ser sospechosa de terrorismo fue cubierta (y muy bien editada) por la Chichi y el hijo de César Hildebrandt. El reportaje (o intento de este) estaba no exento de acusaciones, en el que no probar se mostraba alguna prueba contundente que revele la verdadera culpabilidad de la joven. Además, la manera cómo la Valenzuela haciéndola de jueza, de dueña de la verdad resultaba más que jocosa. Cómo habrá sido de divertida esta escena, que al día siguiente, Rosa María Palacios, en su programa 'Prensa Libre', descartó alguna culpabilidad de la chica en mención. Ese mismo día, por supuesto, la Chichi se olvidó de todo lo que el día anterior había dicho, umm...

Por su parte, César Hildebrandt, en su columna del día de ayer, martes 23, en el diario La Primera, habla también sobre el periodismo peruano. Se titula: Decadencia de la prensa. En esta columna afirma que: " En el Perú (...) los periodistas de los periódicos son, en la mayoría de los casos, dateros que escribirán lo que otros habrán de pasteurizar y corregir. Porque en el Perú la prensa no la hacen los periodistas sino los propietarios a través de sus capataces. Es como si el oficio hubiese perdido su dignidad primordial. Es como si en los quirófanos operaran los accionistas de la clínica (...)"

Es lo que se ha visto, con mucha más fuerza, este año, en cuanto a los anteriores en lo que va del segundo mandato de García. La salida de Álvarez Ródrich y el acercamiento más a la derecha de parte de El Comercio indican eso. Además, cómo no recordar su negativa para contestarle a la periodista de La Primera, Vilma Escalante, por considerarla que forma parte de un medio: "democrático y antisistema" .

Con este no tan buen porvenir del periodismo ¿se podría hablar de la existencia del (verdadero) periodismo de investigación? Muy aparte de ser parte de una broma por el próximo día de los inocentes, el reporteo, el cruce de fuentes y la presencia en el mismo "lugar de los hechos" pasan a ser mero trámite. Son, en todo caso, cuestiones que se tienen que cumplir solo en su forma, más no en el fondo. Cómo Chichi Valenzuela puede decir "mi equipo de investigación ha obtenido tales pruebas". Me imagino la caras de no-te-lo-puedo-creer y por-el-amor-a-Dios de Ángel Páez y Edmundo Cruz, Ricardo Uceda o Gustavo Gorriti.

Si uno quiere especializarse en ese rubro (por haber escuchado las leyendas de Woodward y Bernstein, o de la revista Sí, en la dictadura fujimorista, entre otras hazañas periodísticas), fácilmente se espantará ante esta situación, donde la libertad está sujeta a dónde el péndulo del aceite-faenón se mueva. El libre mercado impera el terreno el terreno del periodismo. El neoliberalismo en detrimento de la aparición de espacios opositores. Así, la versión romántica del periodista parece perderse dentro de esta neblina llena de dólares e interes de por medio.

Para terminar, el último párrafo de la mencionada columna de Hildebrandt: "(...) en la información misma está implícita la ideología. Si conviene decir que en tal mitin hubo tantos y no los que estuvieron, pues se dice. Si se tiene que calumniar, se calumnia. Si se requiere de la tergiversación, se tergiversa. Todo vale con tal de que el periódico sea arma blanca al servicio, en general, del adormecimiento, el reuma cerebral y el quietismo social(...) La prensa, que es la última línea de resistencia ante el avance del pensamiento único y la estupidez que quiere ser unánime, pasa por una crisis mundial. El Perú tampoco estaba “blindado” para esta tormenta. Y con García al mando, las amenazas de homogenización han aumentado".

Amén.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Definitivamente, tú eres una de la voces necesarias en el Shey's journalistic project!!!

Mavi Vásquez dijo...

Así es, compañero, ya no es una labor romántica la del periodista. Ni si quiera somos los vendedores más caletas del mercado. (Gracias por el cherry!)