"Actualmente (al 31 de enero del 2009) tenemos 211 conflictos sociales, la cifra más alta hasta ahora. De ellos, 150 son activos (71%) y 61 en estado latente (29%)...El diálogo colaborativo es el camino que debemos seguir, como única solución para los conflictos".
A lo que yo agregué en aquel post escrito por esos días: "La última frase suena a jalón de orejas para la represión actual que se tiene ante las protestas pacíficas, no para algunos que se aprovechan; sino para los pobladores que, día a día, ven cómo de sus tierras se llevan sus recursos más preciados. Ojalá que la advertencia haga eco en Palacio y, de paso, rebote en el salón de los Pasos Perdidos. Evitar la gran ola de conflictos sociales no deja de ser complejo, pero más si esperamos a que estos se produzcan y nos lamentemos por más muertes. Así que guerra avisada..."
Pero nadie le hizo caso. Más que haber prevenido una matanza, los ministros y el presidente García no hacen más que afirmarse en rezagos de un autoritarismo que, seguramente, desean convocar, mas se ven imposibilitados de hacerlo ya que se iría de las formas y de lo políticamente correcto. Es pues, en este sentido del poder, a lo que va este post.
El gobierno solo muestra apenas pequeñas gotas de su arrogancia a los que se oponen, hacia los que no comparten su discurso. Así pues, Carlos Rivera, abogado representante del Instituto de Defensa Legal (IDL), fue detenido ayer por supuestamente haber falsificado documentos. El abogado defendió las causas justas de la parte civil en los casos contra Fujimori, el Frontón y militares al por mayor. No hay que ser demasiado sospechosos: el abogado defiende cuatro casos de violaciones de derechos humanos en los que está involucrado el presidente García, en su primer gobierno !Oh casualidad! La detención era por un día. Así que, a estas alturas, seguramente se encontrará nuevamente en libertad. Pero esta ha sido una señal de quién manda acá: un santo y seña de quien es la autoridad prepotente que lleva el poder. Esto es un golpe breve pero conciso.
Mientras tanto, el 'muy democrático' Luis Giampietri ha (re)iniciado una persecución contra la enésima persecución contra las ONG's. Esta vez, lo justifica porque alude que algunas de ellas han falsificado información en torno a los lamentables sucesos ocurridos en Bagua. Claro, como el solo lee La Razón o su columna de Huguito Guerra, quienes les dicen que todo está bien y que pronto tirarán bombas napalm a esos "chunchos", muy al estilo de Bedoya Ugarteche, pues qué más podemos esperar. Bah!
El poder ciega, discrimina, no reconoce, es indiferente, no ve más allá de sus propios intereses: componendas y contratos que se hacen debajo de la mesa con tanques que defiendan la firma.
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