"Habituados a la ciudad, ignoramos, hombres de esta época, todas las formas de la naturaleza. Somos incapaces de reconocer un árbol, una planta, una flor. Nuestros abuelos, por pobres que fuesen, tuvieron siempre un jardín o una huerta y aprendieron sin esfuerzo los nombres de la vegetación. Ahora, en departamentos u hoteles, no vemos sino flores pintadas, naturalezas muertas o esas raquíticas plantas de macetas que parecen sembradas por peluqueros".
Premonitarias las líneas escritas por Julio Ramón Ribeyro en "Prosas Apátridas", sobre todo, en momentos de un no oficial duelo nacional -el gobierno no lo ha declarado- por las muertes de hace una semana en Bagua.
En tiempos donde el libre mercado se resiste a ceder y, con ello, perder sus inversiones no necesariamente legales, la frase escrita por Ribeyro deja reflexiones para una verdadera toma de conciencia. La insensibilidad y la individualización, productos del libre mercado a ultranza, amenazan con desaperecer el bienestar social. Vaya que para nuestro gobierno, centralista y autoritario, esta forma de hacer política no le es ajena.
1 comentario:
post corto y contundente sr, mazzei, como 100 pre es un gusto leerte!!!, juuu, saludos y ese café aun sigue pendiente eh!! no olvidar juuu, vane
Publicar un comentario