Las muertes de los policías y de los nativos, aún indeterminado, ya que no se registra una cifra no oficial, no se recuperarán. Cualquier solución, después de la atroz batalla, resulta insulsa ante las caídas de compatriotas.
Estas pequeñas líneas no hacen más que, bajo todavía el duelo por los hechos ocurridos en Bagua, expresar la muy posible derogación, en palabras del premier Yehude Simon, de los benditos decretos 1064 y 1090. De todas maneras, me imagino cómo deben estar oliendo el polvo de la derrota política los vocingleros del autoritarismo más reacio. La noticia vía Perú.21:
"El premier Yehude Simon anunció hoy, durante la reunión que tuvo con los “Apus” de las comunidades nativas en San Ramón (Junín), que el Gobierno presentará un proyecto de ley al Congreso para derogar los decretos legislativos 1090 y 1064 que los nativos rechazan porque los consideran perjudiciales para sus intereses, y que originaron las protestas en la selva donde murieron al menos 34 personas. "
Se oyen aleluyas en Palacio. La arrogancia parece ceder. Esperamos que sea así, en aras de la gobernabilidad y de la democracia.
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