lunes, 3 de agosto de 2009

Golpe que recuerda


La semana pasada se fue dejando un clima claroscuro de dudas y generalidades con el discurso presidencial del último 28 de julio. Frases hechas y clichés al por mayor abundaron en la perorata de García, en consonancia con los aplausos de su portátil aprista. Pero ha sido, hoy que, bajo el insistente y ya característico color gris de Lima, nos damos cuenta de cuán olvidadizos podemos ser: nuevamente, las huestes de Sendero Luminoso acecharon en el interior del país. Esta vez, una base policial de San José de Secce (Huanta, Ayacucho) fue atacada cuando se acercaba la medianoche del domingo. Como consecuencia de ello, cinco personas fallecieron (dos civiles y tres policías).

El problema surge, si tenemos en cuenta como recuerda Jaime Antezana, especialista en temas de narcotráfico y terrorismo, que desde el 2005 tenemos la fría cifra de 60 soldados y policías fallecidos en combate con un Sendero Luminoso, financiado por el narcotráfico residente en la zona. Esto, sin contar además de las víctimas civiles. Hasta la fecha, los medios casi habían dejado de poner en debate el estado de cosas en el interior del país y su relación con el narcotráfico. Ocurre que cuando suceden atentados de esta magnitud es que tanto los políticos como algunos medios de comunicación actúan en complicidad para, rasgadura de vestiduras mediante, poner las cosas en su sitio y declarar que se van a "tomar las medidas del caso". Cuando el kiosko muestra portadas sobre noticias como esta, hace que nos muestre la situación del país, y de paso nos golpea: muestra esa cara del país que, tal vez muchos, no quieren ver. Sucede, día a día, con los atentados senderistas. Las autoridades no informan sus actividades en torno a las principales necesidades del país. El centralismo colonial - !vaya qué descubrimiento- reside cómoda en Palacio y acoge a los más engalanados empresarios.

Al ya desmentido mito fujimorista de que el senderismo y toda facción terrorista había sido aplacada en su totalidad en su gobiernio, se agrega el bumerán de la amnesia que va y viene por temporadas cuando se trata de los problemas reales del Perú como la pobreza, los accidentes de tránsito, la corrupción, entre muchos otros; que no hace más que encumbrar a algunos políticos para que muestren cifras de crecimiento macroeconómico y no lo que realmente ocurre en cada familia del país. Un verdadero trabajo de inteligencia y acercamiento con la población del interior del país son dos recomendaciones que los especialistas han insistido de manera constante: Alan y sus compañeros, bien gracias, mientras más personas siguen 'pagando' con sus vidas...!Oh indiferencia!

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