viernes, 5 de junio de 2009

El salvajismo del perro del hortelano: muertes que se pudieron evitar


Guerra avisada, que sí mata, mató gentes hoy. Estaba más cantado que esto podía llegar a peores consecuencias, pero la política unilateral del gobierno omnisciente, esa que cree que todo lo sabe y todo lo puede, ha causado la irreparable cifra de 25 civiles, 9 civiles y 2 periodistas fallecidos por el conflicto, hoy intensificado en los enfrentamientos entre los nativos y efectivos del orden. Bagua fue el desafortunado lugar de los hechos registrados. Un escenario que el oficialismo, negligencia de por medio, no le dio la absoluta gana de resolver el problema.

¿Qué dice García? No es muy díficil de adivinar digamos: que los que bloquean las carreteras son unos transnochados, manejados por la subversión bajo la cubierta, seguramente advierten proféticos, de una ONG. Pizango es el hijo perdido de Evo Morales, !ay mamita comunistas! Pero, claro tampoco podía faltar el establishment mediático, esa prensa aceitada con favores, entre whiskys y sonrisitas (¿aló 170 años de El Comercio?). El Comercio y RPP están, hasta ahora, liderando el ranking de los ayayeros. El decano de la prensa, en su portada:


Como escribí hace no pocos días sobre lo sucedido con Bernardo Roca Rey, el año pasado, cuando le cuestionaba sobre la postura de su diario a favor de la derogada Ley de la selva. Vaya novedad. La bandera aprista flamea en las oficinas de la avenida de Miró Quesada. Faenón o no faenón, parece que la historia no les dejó enseñanza alguna. RPP, por su parte, no se quedó atrás. En su página web, informaban a horas de la mañana, cuando el conflicto se encontraba en su punto más álgido: "Crisis en la selva: Nueve policías fallecidos por altercados con nativos", olvidando así pues a las muertes de los nativos que iban incrementándose. Vaya responsabilidad para con la información...

La indignación por lo sucedido llega a un punto inexplicable, si tenemos en cuenta que ayer, fue casi la última oportunidad para debatir el decreto ley 1090 en el Congreso de la República. El compañerismo entre los apristas salió a relucir con una velocidad inusitada y acordó suspender el debate. Hay cosas más importantes qué hacer, dijeron...y ahora?¿Quién se hará responsables de los fenecidos?¿Esto es el progreso económico?¿Esto es estar bien?

Por el amor de Dios...!hasta cuándo con la onda de la indiferencia histórica y no menos desprecio hacia culturas y mundos distintos!

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