lunes, 23 de febrero de 2009

Sigue la indiferencia: la gran deuda de los peruanos


Si con esta noticia, no se distingue la indiferencia del gobierno hacia el tema de los derechos humanos, además de su tendencia a inducir a la ciudadanía a la amnesia colectiva, entonces ¿qué más pruebas se necesitan si no? La información- qué curiosidad- no fue revelada por algún medio de comunicación o, en todo caso, no destacada con la atención que se le debiera prestar. A excepción de la columna de Jorge Bruce en La República, los medios de comunicación hicieron mutis. Un jalón de orejas para los medios tradicionales no basta a estas alturas. Aquí, otra vez más, sale a la luz la libertad de empresa más que de prensa. La verdad ocultada.

Felizmente, desde hace un tiempo, las nuevas tecnologías han posibiltado nuevas alternativas para que el ciudadano común -no necesariamente periodista- se pueda expresar libremente. Que tenga la posibilidad de generar sus propios contenidos. Y que además escoja al medio que el decida que mejor lo va a informar. La noticia, vía el blog Desde el tercer piso de José Alejandro Godoy.

"De la visita de Merkel a Lima, surgió una propuesta del gobierno alemán y que se la hizo saber al gobierno peruano a través del Ministerio de Cooperación Internacional: la donación de más de dos millones de dólares para la construcción de un Museo de la Memoria, en el que, entre otras piezas, se exhibiría de modo definitivo la exposición fotográfica Yuyanapaq, que, por cierto, fue ocultada a los asistentes a la Cumbre ALC-UE, a pesar que se encontraba en el Museo de la Nación, el lugar donde se realizaba la muestra.

Pues bien, el gobierno peruano ha rechazado la donación alemana, lo que demuestra su poco o nulo interés en realizar esta obra.Como se imaginarán, esto ha caido bastante mal en el gobierno alemán, representante de un estado que ha vivido dos guerras mundiales, el genocidio del pueblo judío y su división por el comunismo durante 45 años. Alemania recuerda todos estos acontecimientos en sus principales ciudades y confiere un especial interés a los espacios de la memoria, dado que son conscientes que es necesario recordar lo ocurrido para que no se vuelva a repetir y para sacar las lecciones adecuadas del pasado. Que el gobierno de un país que ha pasado por un conflicto armado interno bastante fuerte le tire la puerta en la cara en estos temas es casi una afrenta."

Ahora, ¿por qué el rechazo de parte del gobierno peruano a semejante donación? Muy simple. Digamos que no es gratuito tal gesto de Alan, ya que este tiene varios pasivos en materia a violaciones de derechos humanos como la matanza de los penales en el Frontón y Lurigancho, entre muchos otros. Ni nunca tuvieron siquiera la mínima intención de hacerlo.

La indiferencia, el olvido adrede, con intención, la no preocupación por un tema en el que, gobierno tras gobierno, se encargan de postergarlo. Y la deuda crece. Somos morosos de nuestra historia. Nuestro pasado nos condena a seguir siendo un país desintegrado, desmemoriado. Sin pies ni cabeza. Una deuda que nos cuesta cancelar. Un orificio que se pretende tapar, cual bache de alguna de las pistas de Lima. Una alfombra que tape aquellas víctimas de la guerra interna.

Aquella donación de Alemania, tal vez, pudiera haber sido la oportunidad para que el Perú tenga su revancha con su historia. Un museo donde se iba a mostrar en imágenes las atrocidades que vivió gran parte de la población del país era lo indicado para solidarizarnos con las víctimas del terrorismo, para con sus familiares que aún no reciben, del todo, compensación alguna. En ese sentido, Jorge Bruce escribió con respecto a 'Yuyanapaq', una exposición fotográfica que se muestra provisionalmente en el Museo de la Nación y que iba a ser colocado en el supuesto nuevo museo.

"Yuyanapaq fue uno de los grandes aciertos de la CVR. Era previsible que en un país con una escribalidad tan deficiente como el nuestro, las imágenes tuvieran un efecto comunicador mucho más vasto y asimilable, menos vulnerable a la tergiversación."

Por otro lado, la premiación de la película peruana "La teta asustada" en el festival de Berlinale ya comenzó - cómo no- a erizar las pieles de los amigos de lo politicamente correcto. Es así, que comenzaron a desprestigiar el cv de Claudia Llosa, la directora de la película, y de Magaly Solier, la actriz protagonista. Que aquella es una pituquita de la de Lima que Solier no es apellido oriundo de Ayacucho. Que la Llosa qué va a saber de la guerra que sufrió el país. Claro, estos vituperios disfrazados de críticas no hacen más que revelar el caracter dictatorial y fascista.
No deja de llamar la atención el hecho que la mencionada premiación haya sido en Alemania. Sí otra vez, Alemania, un pueblo que fue tan o más retrógrado que nosotros.

En todo caso, me pregunto cuál sera el verdadero efecto que causará cuando se presente en nuestras salas de cine ¿Qué dirá García que la semana pasada felicitó a la directora del film? ¿Qué dirán aquellos violadores de derechos humanos que se esconden en la ciudadanía, tras lograr impunidad gracias al 'eficiente' Poder Judicial?

Elóy Jauregui también deja una reflexión al respecto de la premiación de la mencionada película:

"Ya sé. Sin tetas no hay paraíso. ‘La teta asustada’ de Claudia Llosa está erecta a la altura de la impronta de directores como Ang Lee, Godard o Bergman: otros osos premiados en la Berlinale. Orgullo y prejuicio peruano. Para hacer supurar otra vez la herida del “Ojo que llora”. Como escribiera Maritza Espinoza en este diario: “Ahora qué dirán, ¿que el jurado del Festival de Berlín está confabulado con la Comisión de la Verdad? ¿Qué Tilda Swinton es otra “caviar” que quiere desprestigiar al Perú?”. Yo pregunto, ¿qué dicen los fujimoristas, los marinos violadores y el remanente de SL? Lean, reaccionarios “jureles”, Llosa hace un cine talentoso por equitativo. Genio de una mujer de 32 años, alumna de la U. de Lima, valiente y recursera, que se marchó a Barcelona a terminar de publicista y ahora me hace llorar contra el mal de ojo. ¡No seas mezquino, Aldo, dedícale una línea! Pero no hay teta sin pataleta."

A pesar de tanta indiferencia, el rebote de esta noticia en diversos blogs deja la sensación de que algo puede suceder. De que tanto silencio no se puede soportar de parte de los que sí se identifican con la historia de su país y no con ese patriotismo de 'Cómprale al Perú' y de tanto lobbysta aceitando en complicidad con el gobierno. Una marcha pacífica sería lo más indicado, en estos casos.

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