El Partido Aprista Peruano está de aniversario y, claro, no piensa escatimar esfuerzos para que la fiesta no sea sino un verdadero faenón. Sin embargo, la coyuntura que rodea al cumpleaños número 82 del partido parece ensombrecer los festejos. Hechos de corrupción como el interminable caso Petrogate, la Contraloría General de la República y comisiones nombradas que no justifican en nada su formación no solo dejan mucho que desear. En este sentido, la designación de Meche como ministra del Interior, en reemplazo del desprestigiado Remigio Hernani es un billete conocido. El borrón y cuenta nueva ya no paga.
La intención del oficialismo es clara. Ante la desesperación por la crítica, y su orgullo- absurdo por cierto- por no querer reconocer sus errores, cambian al fusible oxidado, Hernani (antes Alva Castro y Pilar Mazetti), por un conocido de la casa. Alguien que conozca cómo se maneja la oratoria escurridiza del aprismo en el poder. Cabanillas ya ha sido ministra, de Educación, en el primer gobierno aprista.
Por el momento, no se sospecha ninguna intención tras su designación. Digamos, el argumento del copamiento aprista en el poder es tan viejo como la corrupción tanto así que, de alguna manera, lo dejamos a la resignación. Así, Mirko Lauer da una opinión al respecto:
"Eficiente como es para ciertas cosas, Cabanillas no parece parte de ningún diseño estratégico. Lo más probable es que simplemente le haya tocado su momento en la rotación de dirigentes apristas por los altos cargos. Que haya ofrecido reorganizar la PNP es digno de saludo, pero no debemos hacernos muchas ilusiones."
Apenas en dos meses de este 2009, dos ministros han salido de dos carteras por demás polémicas: Economía e Interior. La salida de Hernani como la de Valdiviezo respondieron al reclamo social que iba agrietando, cada vez más, las tercas -más que sólidas - bases apristas. Resultaba imposible seguir con ese juego de oído sordo, por más tufillo mandón. De todas maneras, los cambios no dan como para ilusionarse.
En todo caso, lo que sí puede preocupar es ese caracter de sargenta que alguna leyenda popular y la oposición le han sembrado a lo largo de su carrera política. Una compañera perteneciente a ese sector 'duro' y anquilosado del APRA. Eso, sin duda, puede causar más de un dolor de cabeza para Meche. Pero lo principal es el posible incremento de las protestas en el país.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo ya había advertido, algunas semanas atrás, que no son pocos los conflictos sociales que se vienen. Es ahí donde la reciente ministra del Interior tendrá la difícil misión de no seguir en esa onda de satanizar, perseguir como si estuviera en una cacería de brujas, a personas que muestren una postura contraria. O que no hayan más Melissa Patiño detenidas sin prueba alguna. Que esta suerte de maccartismo peruano, de paranoia incurable, si no termine que se reduzca. Y que también, la lección de Pómac haya sido aprendida para que tampoco efectivos policiales no pierdan vida por alguna negligencia del ministerio cuestionado.
Por último, al menos, un fragmento de una columna de Aldito Mariátegui siempre nos alegra el día:
" Puesto difícil, con "getta" (mala suerte en italiano), este que asume Cabanillas. A nadie durante este gobierno le ha ido bien allí. Por un lado, el país tiene una calle difícil, con sindicalistas rojos fregados, oenegeístas extremistas en el campo, invasiones, cortes de carreteras, crimen y supernarcos. De otro parte, existe una "caviarada" hipercrítica, cuyos representantes se creen unos genios en la materia, lo que es irónico, pues su máximo gurú es el ex ministro toledista Rospigliosi, protagonista de las debacles evitables y cantadas del "Arequipazo" e Ilave. Pero como es liso y telegénico, lo vemos pontificar muy conchudamente por tv. También las ONG caviares de DD.HH. meterán su cuchara, con el IDL metiendo chismes y Aprodeh obstaculizando."
La intención del oficialismo es clara. Ante la desesperación por la crítica, y su orgullo- absurdo por cierto- por no querer reconocer sus errores, cambian al fusible oxidado, Hernani (antes Alva Castro y Pilar Mazetti), por un conocido de la casa. Alguien que conozca cómo se maneja la oratoria escurridiza del aprismo en el poder. Cabanillas ya ha sido ministra, de Educación, en el primer gobierno aprista.
Por el momento, no se sospecha ninguna intención tras su designación. Digamos, el argumento del copamiento aprista en el poder es tan viejo como la corrupción tanto así que, de alguna manera, lo dejamos a la resignación. Así, Mirko Lauer da una opinión al respecto:
"Eficiente como es para ciertas cosas, Cabanillas no parece parte de ningún diseño estratégico. Lo más probable es que simplemente le haya tocado su momento en la rotación de dirigentes apristas por los altos cargos. Que haya ofrecido reorganizar la PNP es digno de saludo, pero no debemos hacernos muchas ilusiones."
Apenas en dos meses de este 2009, dos ministros han salido de dos carteras por demás polémicas: Economía e Interior. La salida de Hernani como la de Valdiviezo respondieron al reclamo social que iba agrietando, cada vez más, las tercas -más que sólidas - bases apristas. Resultaba imposible seguir con ese juego de oído sordo, por más tufillo mandón. De todas maneras, los cambios no dan como para ilusionarse.
En todo caso, lo que sí puede preocupar es ese caracter de sargenta que alguna leyenda popular y la oposición le han sembrado a lo largo de su carrera política. Una compañera perteneciente a ese sector 'duro' y anquilosado del APRA. Eso, sin duda, puede causar más de un dolor de cabeza para Meche. Pero lo principal es el posible incremento de las protestas en el país.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo ya había advertido, algunas semanas atrás, que no son pocos los conflictos sociales que se vienen. Es ahí donde la reciente ministra del Interior tendrá la difícil misión de no seguir en esa onda de satanizar, perseguir como si estuviera en una cacería de brujas, a personas que muestren una postura contraria. O que no hayan más Melissa Patiño detenidas sin prueba alguna. Que esta suerte de maccartismo peruano, de paranoia incurable, si no termine que se reduzca. Y que también, la lección de Pómac haya sido aprendida para que tampoco efectivos policiales no pierdan vida por alguna negligencia del ministerio cuestionado.
Por último, al menos, un fragmento de una columna de Aldito Mariátegui siempre nos alegra el día:
" Puesto difícil, con "getta" (mala suerte en italiano), este que asume Cabanillas. A nadie durante este gobierno le ha ido bien allí. Por un lado, el país tiene una calle difícil, con sindicalistas rojos fregados, oenegeístas extremistas en el campo, invasiones, cortes de carreteras, crimen y supernarcos. De otro parte, existe una "caviarada" hipercrítica, cuyos representantes se creen unos genios en la materia, lo que es irónico, pues su máximo gurú es el ex ministro toledista Rospigliosi, protagonista de las debacles evitables y cantadas del "Arequipazo" e Ilave. Pero como es liso y telegénico, lo vemos pontificar muy conchudamente por tv. También las ONG caviares de DD.HH. meterán su cuchara, con el IDL metiendo chismes y Aprodeh obstaculizando."
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