Parece que para las altas autoridades de nuestro sufrido y enigmático país, el ventarrón de la corrupción ya pasó. Romulito, Químper y, por otro lado, Fujimori, de alguna manera, descansan del ajetreo y persecución de la prensa. Bueno, al menos, eso es lo que ellos creen. En todo caso, estos 4 días feriados forman una suerte de break, de stand by, de un paseo al campo un fin de semana.
La tan mencionada (hasta por los codos) cumbre Asia- Pacífico, APEC, es la fiesta que Alan y compañía esperaban con ansias después de su matiné ALC-UE en mayo último. Por eso, no quieren hablar otra cosa más que de eso. Luis Giampetri calló a una periodista, cuando esta le preguntó sobre su cuestionada posición a favor sobre la amnistía a los militares todavía no procesados por crímenes de derechos humanos. "Por favor señorita no me baje la llanta hay que hablar de la APEC" decía un elegante Giampetri, tratando de dejar de lado su apariencia hosca y fría. Sí, ese mismo Luis Giampetri, a quien le ocasiona un síndrome de amnesia cuando le hablan de "El Frontón".
Esta es la cumbre de la diplomacia, de los hombros y ombligos inflados, de los sacos y corbatas, donde nuestro país recibe con honores al presidente de China, Hu- Jintao, violador de derechos humanos en su país. Las portadas de los principales medios mostraban a aquel presidente asiático sonriente, grandilocuente, cerrando un tratado de libre comercio con nuestro país. Los aplausos se hacían escuchar. Mientras tanto, la ministra Mercedes Aráoz declaraba a "El Peruano" (perdón a "El Comercio"), que prefería negociar con el presidente chino, a pesar de sus crímenes: claro la tan influyente idea fujimorista "el fin justifica los medios". Un pensamiento que no en pocas personas aparece.
Ahora, claro, cualquier voz disidente, opositora, que pone reparos o alguna duda es víctima de una sanción moral, "lo tienen que multar de inmediato, qué barbaridad". Otra vez Alan calla a los que quieren, por ejemplo, expresarse en contra de Bush. No es nuevo eso, digamos. Desde aquellos primeros días del segundo gobierno aprista, García apostó por tomar unos aires tan arbitrarios, tan mandones y tan autoritarones. Pero no voy a ponerlo todo en blanco y negro: el gobierno actual no es una dictadura...aunque a veces, valgan verdades, pareciera que sí.
Dos cosas que Alan ha dicho para recordarlas a fin de año, tal vez, mirando al cielo y sonriendo la tragicomedia de vivir en el Perú:
- "Estamos blindados de la crisis mundial".
- Piensa en la reelección en el 2016. Un motivo para asustarse y con roche.
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