Aquí- para no perder la costumbre- se han deslizado, cuales animales escurridizos de los tugurios más sórdidos, algunos personajes conocidos. Rómulo León- padre e hijo-, Alberto Químper, Ernesto Arias Schereiber y el empresario dominicano Fortunato Cannán. Los mencionados han salido inocentes de la acusación de asociación ilícita por el caso de los petroaudios. Sí, la Tercera Sala Anticorrupción se pronunció el último miércoles 29 de abril sobre el caso. Una fecha curiosa, si tenemos en cuenta que esto se propaló por la tarde y al día siguiente solo fue portada en un medio: La Primera, en un día anterior al feriado por el día del Trabajo. Mutis mediática generalizada o, en todo caso, no resaltada como un hecho a destacar.
Si bien se podía sospechar cualquier fallo no esperanzador por el mismo aletargamiento, esto no exime la responsabilidad de la sala en su deber de fiscalización. Rómulo desfilaba por los pasillos del Gobierno, hablando con cuanto personaje desee. La institucionalidad del país no importa. Las ratas siguen y seguirán pululando por las altas esferas de un gobierno cicatrizado por la corrupción. La preocupación gira en torno a cuántos TLC más firmará Mechita Aráoz, mientras García, cual mesías, pide a la población: !Oiga, no se fijen en escandeletes!
Ahora bien, la Tercera Fiscalía Provincial ha apelado al fallo. Una sala de la Corta Suprema verá si es que, finalmente, Rómulo y compañía salen ilesos del proceso. Pero ya el hecho del polémico fallo deja sin muchas esperanzas, sobre todo después de la sentencia condenatoria a 25 años al ex dictador Alberto Fujimori: el Poder Judicial parecía recuperar el tiempo perdido y dar visos de esperanza. Aunque, son instancias diferentes, es la justicia del país lo que está en juego. No olvidemos eso... tampoco los accidentes de tránsito que no tienen cuando acabar.
Que la agenda periodística y la coyuntura no nos centre en un solo hecho. Vigilancia ciudadana sería lo más oportuno.
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