No quiero dármela de crítico del Dominical de El Comercio, ni pretendo que mis escuetas líneas se parezcan a las de un Alberto Servat, pero la película de 'La Gran Sangre' me decepcionó. Es más, si tuviera que ponerle una calificación sería de un 09. Lo digo con (usando un cliché empalagoso) 'el dolor de mi alma' de un fanático incansable de este fantasioso trío de justicieros criollos. Pensaba que en este largometraje se iban a aplicar otras fórmulas a las de la serie, por el mismo hecho de que no es eso: una serie. Pero no, la película más parece la cuarta temporada pero de hora y 45 minutos de duración. Todo lo que vi en ese tiempo lo senti como un condensado de las tres temporadas anteriores.
Tampoco quiero desanimar a que más gente vaya a verla (aunque de hecho pareciera que lo estuviera haciendo), por eso mismo no pretendo contar la trama, pero definitivamente se ha podido mostrar algo más. En cuanto a lo rescatable, está que la iconografía popular sigue apareciendo. Planos de una Lima tal vez no reconocida y que, como dice el Dragón, ' de un Perú que no se quiere conocer'. En cuanto al villano, no calza con lo que se ha querido mostrar, a pesar de lo gran actor que es José Alonso. Como que él, de alguna manera, es el único personaje no populachero. En fin, ya se darán cuenta cuando vean la película, si es que aún no la han visto.
El final sugiere una secuela. Esperemos que ahora sí !se cuiden los malditos!
3 comentarios:
Iré a verla y conversamos
Oe, creo que Alberto Servat se va a picar porque le atribuyes sus columnas a su primo Alfredo.
Buena tos juventud, gracias por la correción. Siempre ahí ayudando a la juventud consciente, juventud que vale.
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