Me gusta ver fútbol, pero a la vez, me ha dejado de gustar. Creánme. Ha sido en estos últimos años que este deporte ha descendido en la escala de mis pasatiempos. Ya no es como antes: que utilizaba varias hojas de cuadernos escolares para ensayar el once de la U en la próxima fecha. Tampoco están las grabaciones constantes de los partidos del fin de semana, ni muchos menos las primeras cercanías a un periodismo incipiente con una revista llamada '5mentarios' (hecha de papel escolar, con fotografías recortadas de El Bocón, Libero, entre otros, donde yo era el director, editor, y redactor en una revista que solo tenía una edición por número). Menos aún, consumo cantidades exorbitantes de partidos: hace 5 años, veía en promedio 15 a 20 partidos por semana, actualmente la cifra fluctúa entre 1 0 3, sin llegar a alguna exageración.
Aunque me sigue gustando ver algunos partidos, de esos que considero imperdibles, en mi agenda. Por ejemplo, un tema como el de seguir el proceso de extradición a Fujimori me preocupa más ahora que ver Uganda vs Camerún, por la final de la copa de África (si, tal vez, me he ido politizando horriblemente, y tal vez, pueda llegar a ser algo más aburrido).
Ahora, cuando se da una conversación futbolera, lo que argumento, floreo, es en base a esa pasión que tuve a partir de los 9 años hasta los 20, a ese incansable gusto por el fútbol, cosa que siento que se está desvaneciendo... poco a poco.
1 comentario:
Bienvenido a mi club
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